Este clásico perro fue criado especialmente para la caza, siendo una de las primeras razas desarrolladas específicamente para realizar esta actividad. En el siglo XVIII los deportistas favorecieron al Pointer como un utensilio de caza muy útil. Las líneas de sangre del Pointer incluyen el Galgo inglés, Setters, Sabuesos y otros perros zorreros. El Pointer moderno se asemeja mucho a sus ancestros de hace 200 años.
Tallas. En la madurez la altura de un Pointer inglés hasta el hombro oscila entre 23 a 28 pulgadas, con un peso de entre 44 y 75 libras. Los machos son más grandes que las hembras.
Colores. El Pointer tiene un pelaje corto que es fácil de cuidar por lo que requiere de muy poca preparación y derrama muy poco pelo. Los colores oscilan entre limón, rubio, negro, marrón, hígado y un tono anaranjado. En ocasiones puede tener una gran cantidad de blanco en su cuerpo junto con manchas similares a pecas de un color oscuro; los colores sólidos son aceptables en el estándar de la raza. Los individuos más oscuros tienen la nariz marrón mientras que los colores más claros la tienen de color claro.
Temperamento. Bondadosos e inteligentes, los Pointers son también cariñosos y buenos con los niños. Este no es un perro para vivir en un apartamento ya que necesita espacio para correr. Si eres una persona activa o tienes una familia activa, este puede ser un buen perro para ti. Atención, este perro nunca se cansa ya que fue criado para correr todo el día. Si eres un corredor aquí tienes un compañero para tus salidas. Los Pointers se llevan bien con otros animales domésticos.
Deportes. A diferencia de otras razas de caza como el labrador retriever que ahora se tiene principalmente como mascota, el Pointer inglés todavía es criado principalmente para el campo. Aunque el Pointer puede ser un buen perro para la familia, requiere una gran cantidad de ejercicio. A los cazadores les encanta esta raza debido a sus instintos naturales de caza y fácil capacidad de entrenamiento. Si el Pointer se tiene como mascota y para cazar, debes asegurarte de que conozca la diferencia. Enséñale a caminar a tu lado cuando estén realizando una caminata regular para que se dé cuenta de que este no es un día de deporte y tiene que respetarte y no aspirar a jugar.
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