¿Qué lleva realmente la comida para perros?

comida-perroLos cuidadores quieren lo mejor para sus mascotas y gran parte de su calidad de vida va a depender directamente de lo que los animales coman. Por ese motivo elegir un buen pienso es sumamente importante. Sin embargo, no toda la comida para perros es adecuada. Vamos a poner un ejemplo muy práctico. Puedes acudir hasta una clínica veterinaria y gastarse cincuenta euros en un saco de pienso. Al mirar la etiqueta nos fijamos en que entre los ingredientes destacan el maíz, la pulpa de remolacha, la manzana, los huevos, los conservantes y que incluso lleva en torno al veinticinco por ciento de pollo. En apariencia puede ser un buen producto, pero no hay nada de verdadero en todo ello. Al quitarle el agua al pollo ese porcentaje se reduce hasta un nueve por ciento. Pero es todavía peor saber que esa no es la carne que estás imaginando, sino que pueden ser patas, cabezas e incluso las plumas de las aves. Increíble. Los grandes fabricantes elaboran sus piensos a altas temperaturas diciendo que lo hacen así para eliminar las bacterias, pero lo que nunca comentan es que así también se destruyen vitaminas, aminoácidos esenciales y gran parte del valor nutricional de la comida. Para que sea más apetecible suelen rociar el extrusionado con grasas bien sabrosas y para que aguanten más les añaden muchos conservantes que a largo plazo pueden causar alergia a las mascotas. Al sumar todo eso el precio es realmente económico, pero una excelente campaña de marketing ha conseguido que te gastes cincuenta euros en ese producto.

La mayoría de los piensos están elaborados a base de harinas alimentarias, pero cada una de ellas es fabricada de un modo diferente. Se clasifican en función de su calidad. Para averiguar si un pienso es o no bueno hay que fijarse bien en su etiquetaje. En la mayoría de los sacos pone que las proteínas han sido elaboradas a partir de subproductos cárnicos, lo que quiere decir que esas harinas han sido elaboradas con las sobras del pollo que no son válidas para el consumo humano. Si bien es cierto que hay defensores que aseguran que esos subproductos también pueden ser buenos, también es una realidad que existen numerosos estudios que vinculan directamente la aparición de cáncer óseo al consumo excesivo de ese tipo de alimentos que llevan integrados un elevado porcentaje de cenizas derivadas de los huesos. No más carne es mejor y menos si viene de subproductos. Tener una cantidad de proteínas en torno al 37% es más que suficiente para saciar las necesidades energéticas de los cánidos.

Pese a lo que se pueda creer, el arroz y los cereales son buenos para los perros ya que mejoran considerablemente la digestión. El problema lo tiene el almidón. La fuente fundamental de proteínas siempre tiene que ser la carne y nunca los cereales. El arroz cocido es beneficioso siempre que haya roto la cadena de carbohidratos y que sea muy digerible. Las claves de una buena alimentación son la variedad, la frescura y la rotación. No todos los piensos son malos, pero hay que saber encontrar el producto adecuado. Suelen clasificarse en gamas. Las marcas blancas o gamas bajas deben ser descartadas de raíz. Hay que intentar adquirir comida y piensos de gama media-alta. El precio puede ser un factor influyente, pero hay que tener en cuenta que lo que está en juego es la salud de las mascotas

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