Otros nombres: Peke
Apariencia. El pekinés es conocido tanto en Oriente como en Occidente como el «perro león», presumiblemente debido a su aspecto, aunque también es aclamado así por tener la independencia y el coraje de un pequeño león. Tienen una característica cara pequeña y plana, así como largas orejas.
Peso: 11 – 12 libras.
Promedio de vida: 11 – 15 años.
Temperamento. Los Pekinés son pequeños perros valientes, independientes, obstinados e inteligentes. Aunque tranquilo, sin ser agresivo y sin miedo, a veces puede ser muy terco. Son buenos con los niños si han sido criados con ellos, de otra manera pueden ser muy celosos. Son buenos con otros animales domésticos si se socializan en una edad temprana, ya que tienen una tendencia a desconfiar de otros perros. Pueden ser buenos perros guardianes ya que son muy desconfiados con los extraños. Tienen una tendencia a ser dominantes y les gusta ser mimados.
Formación. Pueden ser tercos e independientes, no es un perro fácil de entrenar para que obedezca.
Aseo. Un peinado y cepillado diario de la larga capa de pelo doble que tiene es esencial para el cuidado de esta raza. Esta rutina debe establecerse desde edades tempranas de la vida del perro. Algunos propietarios se enorgullecen de mantener el pelaje del pekinés muy completo, sin embargo, la mayoría encuentra esta tarea abrumadora y mantiene el pelo cortado a una longitud moderada.
Ejercicio. Los requisitos son mínimos, hace suficiente ejercicio corriendo y jugando alrededor de la casa y el jardín. Las caminatas cortas también serían apreciadas por este pequeño perro feliz.
Salud. Luxación Rotular: Deslizamiento en las articulaciones de la rodilla (también conocido como rótula luxada o líquido derramado) es un problema común en las razas pequeñas. En esta condición, la rótula se desliza fuera de su ranura y se mueve contra el hueso del muslo (fémur) en lugar de hacerlo en su ranura natural. Aunque es una condición hereditaria, las razas pequeñas y activas tienden a desarrollarlo producto de sus actividades naturales (saltando de un lugar a otro en torno a objetos como muebles y otros).
Atrofia progresiva de retina (PRA): Es un grupo de enfermedades que involucran todo el deterioro gradual de la retina. Se diagnostica mediante un examen retinoscópico por medio de un electrorretinograma (ERG). Al principio de la enfermedad, los perros afectados comienzan a padecer de ceguera nocturna y carecen de la capacidad de ver con poca luz y más tarde en la visión diurna también falla. A medida que su visión se deteriora, los perros afectados pueden adaptarse a su discapacidad muy bien, siempre y cuando su entorno se mantenga constante. Algunas razas son afectadas a edades tempranas de su vida, mientras que en otras razas, PRA se desarrolla mucho después.
El hipotiroidismo: Es una enfermedad endocrina que da como resultado la producción anormalmente baja de hormonas tiroideas. Los síntomas del hipotiroidismo incluyen letargo, depresión mental, aumento de peso y una tendencia a buscar lugares cálidos. El hipotiroidismo puede también afectar el pelaje y la piel, causando la pérdida de pelo y la caspa excesiva.
Historia. Las primeras referencias del Pekinés se remontan al siglo VIII y, se cree que la raza es un ejemplar en miniatura de los antiguos «Foo Dogs» de China que se utilizaban para alejar los malos espíritus. La propiedad del pequinés estaba restringida a los miembros de la Corte Imperial China.
En ocasiones ceremoniales tenían ciertas funciones a realizar tales como llevar el dobladillo de la túnica del emperador en la boca y ladrar para anunciar su llegada, en la Dinastía Han era conocido como el Perro de la Manga, ya que fueron utilizados como fuente de calor pues eran lo suficientemente pequeños como para ser colocados dentro de las mangas de una prenda de vestir. No fue sino hasta 1860 que el pekinés se convirtió en una raza muy conocida fuera de China. Durante siglos, sólo los emperadores, sus familias y cortesanos en la Corte Imperial de Pekín, tenían permitido ser los propietarios de este Perro León. Aunque cientos de ellos vivían en la corte real, sólo los mejores de la raza se mantuvieron en los aposentos del Emperador. Considerado sagrado y muy querido, el robo de uno de estos perros era castigado con la muerte. En 1860, el Palacio de Verano fue asaltado por las tropas británicas y francesas, por lo que los chinos asesinaron todos los perros que se encontraban en él para evitar que cayeran en manos extranjeras.
Cinco perros pertenecientes a la tía del emperador que se había quitado la vida antes de la llegada del enemigo, sobrevivieron y fueron llevados a Inglaterra. Un pequeño perro amarillo, marrón y blanco llamado Looty, fue dado a la Reina Victoria por el oficial al mando, el General Dunne.