El corgi es un perro pequeño de piernas cortas y espalda larga. La larga espina dorsal y estructura corporal del corgi lo predisponen a ciertos trastornos relacionados con la columna vertebral y la cadera, condiciones que a menudo se pueden prevenir o minimizar si mantiene un peso saludable. Además de las dolencias de cadera, el corgi es propenso a algunos trastornos genéticos.
Enfermedad de Von Willebrand. El corgi es propenso a una enfermedad genética llamada enfermedad de von Willebrand. Este trastorno produce una anomalía en la coagulación de la sangre. Los perros afectados sangran excesivamente cuando se lesionan o se someten a una cirugía. También son propensos a hemorragias nasales y sangrado de las encías. La mayoría de los corgi tienen la enfermedad de von Willebrand Tipo I, una forma más leve que los Tipos II y III. Esta enfermedad es causada por bajos niveles de factor von Willebrand, que desempeña un papel vital en la coagulación de la sangre. La enfermedad se diagnostica mediante pruebas genéticas y exámenes para medir los niveles del factor de von Willebrand. Actualmente, no existe cura para la enfermedad. Si tu corgi es diagnosticado con este trastorno, puedes controlar la enfermedad ejerciendo presión para controlar el sangrado cuando tiene una herida y con transfusiones del factor de von Willebrand.
Mielopatía degenerativa. La mielopatía degenerativa es una enfermedad progresiva que afecta la médula espinal de un corgi adulto. Aunque se desconoce la causa exacta, se sospecha que tiene un vínculo genético. Al inicio de la enfermedad el corgi muestra una falta de coordinación en las extremidades posteriores y a medida que progresa, se debilitará y finalmente, será incapaz de pararse o caminar. La mielopatía degenerativa se diagnostica descartando todas las otras causas de debilidad, como por ejemplo las hernias discales y las infecciones espinales. Actualmente, no hay tratamientos disponibles para la mielopatía degenerativa.
Atrofia progresiva de la retina. La atrofia progresiva de la retina es una condición hereditaria común en el corgi. Esta enfermedad hace que tu corgi se quede gradualmente ciego. Algunos de los primeros síntomas incluyen pupilas dilatadas, ojos brillantes y ceguera nocturna. El veterinario diagnosticará la enfermedad a través de un examen oftalmológico. No hay cura o tratamiento disponible para la atrofia progresiva de la retina, pero los suplementos antioxidantes pueden ayudar a retardar el desarrollo de la enfermedad.
Enfermedad del disco intervertebral. La enfermedad del disco intervertebral ocurre comúnmente en los perros de espalda larga cuando los discos entre las vértebras se rompen o se deslizan, haciendo que presionen la médula espinal. Cuando esto ocurre, tu perro puede negarse a moverse o a comer de forma repentina o puede encorvar su espalda o arrastrar sus patas traseras.
Si es un caso leve, los medicamentos y el descanso permitirán que la columna vertebral se cure y que tu perro se recupere. Sin embargo, cuando es un caso severo, se requiere de intervención quirúrgica para retirar el disco roto.
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