Cómo interpretar la postura de un perro

Los perros no pueden hablar con nosotros mediante el uso de palabras, pero la postura canina es increíblemente coherente de un perro a otro. Esas señales no verbales son tan elocuentes como cualquier lenguaje hablado y aprender a entenderlas te ayudará a interactuar mejor con tu perro.

Lo primero es observa todo el cuerpo de tu perro, no sólo la cola o los dientes, aunque esas partes a menudo transmiten información importante. Cuando la cola de un perro se mueve no significa necesariamente que quiere ser tu amigo. Los dientes descubiertos a menudo pueden ser una sonrisa o una señal de advertencia. La posición del cuerpo junto con otros signos, da una imagen más precisa de las verdaderas intenciones que tiene un perro.

Observa si el cuerpo del perro parece normal en tamaño y posición, si tiene la cabeza y las patas en una postura relajada y natural. Si es así, es una buena señal de que el perro está relajado. Los perros agresivos a menudo tratan de parecer más grandes, mientras que un perro sumiso o asustado tratará de verse lo más pequeño posible.

Observa detalladamente si muestra signos más evidentes. Mira la cola del perro, la boca, los ojos y a lo largo de su espalda. Aprende a interpretar las diferentes posiciones de la cola. Si todo lo demás en la postura de tu perro es relativamente normal, la posición de la cola y el grado de movimiento puede mostrar indicios adicionales de sus sentimientos. Una cola que se mueve rápidamente y se extiende a toda la zona trasera suele indicar felicidad o emoción. Sin embargo, una cola doblada o incluso una cola que se mueve en la parte baja, especialmente cuando tiene las orejas aplanadas y una postura agachada, significa que tu cachorro está asustado o es sumiso. Una posición vertical o rígida de la cola en un cuerpo similarmente rígido, recto o de empuje hacia delante puede significar desafío o desconfianza.

Observa la boca para ver si tu perro jadea suavemente y sonríe, lo cual es una señal de que está relajado. Si ves dientes descubiertos acompañados de una nariz arrugada, gruñidos o ladridos y un empuje hacia delante del cuerpo y las orejas hacia atrás, es una señal de agresión asertiva. El gruñido y los colmillos descubiertos con un empuje hacia atrás del cuerpo y las orejas caídas son señal de agresión, pero en forma defensiva. Si la lengua está afuera y la boca abierta, el perro probablemente se siente juguetón, pero si la boca está cerrada sobre una lengua sobresaliente y el perro parece hundirse mientras se acerca, es probable que sea temeroso y sumiso.

Mira los ojos de tu perro. Una mirada fija no es una buena señal. Los perros rara vez hacen eso a menos que sean agresivos o dominantes. Si la mirada fija incluye un estrechamiento de los ojos, el perro también puede estar ansioso. Los ojos abiertos y mirada fija podrían significar inclinaciones depredadoras. Debes saber identificar esa mirada si tienes gatos, perros más pequeños o niños en el hogar. Los ojos estrechos junto con una postura baja del cuerpo y las orejas caídas o la misma postura con los ojos muy abiertos pueden significar sumisión o miedo. Los ojos amistosos apenas lo parecen, están abiertos y tienen una apariencia suave, pero alerta.

Presta atención a la espalda de tu perro. En casi todas las situaciones en que un perro se está convirtiendo en dominante, agresivo, cauteloso o defensivo, su pelaje a lo largo de la columna vertebral, especialmente en los hombros y las grupas, se erizan. Los perros tranquilos y los sumisos no erizan su pelaje de esa manera ya que quieren parecer normales o más pequeños.

Comprueba si las orejas están hacia arriba, hacia atrás, hacia abajo o hacia adelante. Todas esas posiciones significan cosas diferentes cuando se unen con otros signos. Las orejas bajas pueden ser un signo adicional de miedo o ser parte de una postura defensiva, dependiendo de la postura corporal del perro. Las orejas de alerta pueden indicar agresión, pero también curiosidad o una actitud juguetona. Siempre observa las orejas, pero recuerda que debes conjugarlas con otros signos.

Observa las pequeñas cosas. Los perros muy asustados o sumisos pueden lloriquear y gemir, orinarse o incluso sudarles las patas, lo que se nota porque dejan huellas húmedas al caminar. Al exhibir la sumisión a otros perros, un perro asustado y sumiso puede lamer la boca de un perro dominante.

Estudia las interacciones de tu perro con las personas, otros perros y otros animales. Consulta gráficos e intenta observar patrones. Cuanto más observes las posturas y comportamientos de tu perro, mejor preparado estarás para manejar las alegrías y las responsabilidades que implica ser su dueño.

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