Cómo relacionar a perros y gatos

perro y gaticoEl mejor momento para relacionar perros y gatos es cuando son jóvenes. Si es posible, hacerlo cuando los cachorros tienen menos de 12 semanas de edad y los gatitos menos de 7.

  • Hay que tener en cuenta que los gatitos generalmente se adhieren a los perros adultos que no se sienten amenazados por ellos.
  • Es necesario comprender que los perros instintivamente perseguirán animales que corren o se mueven repentinamente, incluso si están acostumbrados a estar con otros gatos.
  • Introducir el gatito mientras el perro es supervisado bien de cerca por otra persona o con una correa. Hacer esto varias veces por un período de varias semanas para permitir que cada animal se sienta cómodo.
  • Hacer que estas presentaciones sea una experiencia positiva para el perro y recompensarlo con un montón de elogios cuando se muestre el comportamiento apropiado.
  • Dar un inmediato y fuerte «¡No!»; evitando gritar si el perro es hostil hacia el gatito.
  • Hay que percatarse de que un gato adulto puede percibir al perro como una amenaza a su estatus y puede protestar marcando su territorio. Este es un comportamiento normal de un gato bajo tensión.
  • No permitir que un cachorro o un perro adulto vague por la casa libremente durante las primeras semanas de introducción de un gato adulto.
  • Proporcionar un área especial para el gato que sea inaccesible para el perro. Asegurarse de colocar los alimentos, el agua y una caja con arena en la zona.
  • Hay que tener en cuenta que el perro y el gato necesitan espacio necesario y atención individual; cada uno debe ser bañado y acicalado por separado.
  • Colocar el gato sobre una mesa y acariciarlo para que se tranquilice al tiempo que el perro se sienta cerca en el suelo.
  • Como alternativa, colocar el cachorro o el perro en una jaula y dejar que el gato se aproxime.
  • Permitir que el gato toque al perro (dentro de lo razonable) cuando finalmente se encuentren cara a cara. Esta es la forma de un gato de establecer los límites del espacio.

Consejos y advertencias

• No hay que preocuparse si un perro y un gato adulto nunca llegan a ser amigos. A la mayoría de los gatos adultos no les va bien con los cambios, son independientes y solitarios por naturaleza. Las uñas del gato deben cortarse con anterioridad a la introducción.

• Si transcurrido un plazo no hay mejoras en las relaciones, es posible que se tenga que reubicar una de las mascotas. Para ello se recomienda contactar con un especialista en comportamiento animal.

• Un perro puede herir o matar a un gato con un solo bocado, por lo que hay que proceder con cautela. Evitar que los dos se queden juntos sin supervisión aunque sea por un breve periodo de tiempo.

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